Bar La Academia

40x50cm | Acrílico sobre tela

Luis López era un gallego que vino a Buenos Aires a los 17 años sin saber leer ni escribir. Pronto consiguió trabajo de mozo en un bar de la recién inaugura- da Avenida de Mayo. Enamorado de la profesión, pudo ahorrar lo suficiente como para ponerse él mismo un bar, en la avenida Callao. Lo llamó La Aca- demia y lo llenó de mesas de pool y juegos de cartas. Abierto las 24 horas, se pobló de criaturas de la noche porteña, de tangueros y rock stars, filósofos y almas en pena. Sentarse a tomar un café arrullado por el sonido de las bolas de pool chocando entre sí es respirar el alma del centro de la ciudad.

Para adquirir esta obra escribí a lidiapapic@gmail.com

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